Cómo reparar la bisagra de cazoleta en una puerta de la cocina

Aprende a reparar una bisagra de cazoleta. Una sencilla reparación que te ahorrará tiempo y dinero y evitará que tus puertas estén siempre caídas
Es muy común encontrarnos con que se ha dañado la bisagra de cazoleta en una puerta de la cocina, la cual le ayuda a abrir y cerrar. Es una faena, puesto que la puerta empieza a descolgarse, no abre bien... ¿Qué podemos hacer? Lo primero que pensamos la mayoría de las personas es cambiar directamente la puerta, pero, no es necesario, simplemente si arreglamos la bisagra volverá a funcionar perfectamente. Les mostraré una idea sencilla para arreglar esa bisagra de cazoleta en una puerta de la cocina. 

                                                    
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Generalmente, cuando la bisagra de cazoleta en una puerta de la cocina se rompe, es porque el agujero donde está insertada ya está bastante deteriorado. Por lo que vamos a reparar esa cavidad mediante masilla reparadora, de la siguiente forma:

- En primer lugar, retiramos la puerta del armario y desatornillamos la bisagra. Una vez quitada y antes de nada, tenemos que limpiar bien el agujero para quitar los restos de polvo que pueda tener. Podemos hacerlo con la ayuda de un pincel.

- Posteriormente, cortamos un trozo de masilla reparadora y vamos trabajándola con las manos, realizando la forma de nuestro agujero. La colocamos por los bordes, tapando todas las imperfecciones que se hayan producido por el desgaste debido a su uso.

- El trozo de masilla nos va a quedar bastante ancho, por lo que debemos quitar el sobrante. Nos podemos ayudar mediante un cutter para cortar y una espátula para aplanar lo que nos quede. La masilla debe secarse perfectamente, debemos esperar el tiempo que haya estipulado su fabricante. Cuando esté seca, lijamos un poco la superficie con una lija de grano fino para que toda la superficie quede uniforme.

                                         
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- Por último, volvemos a colocar la bisagra. Realizamos los agujeros con una broca fina para madera y los  fijamos con unos tirafondos. Antes de este paso, si queremos que la masilla no se note, podemos pintar con un rodillo pequeño la zona de la masilla del mismo color que la puerta, pero es opcional. Una vez que coloquemos la bisagra apenas se verá la zona de la masilla, podéis probar como queda y si no os gusta pintar   

¡Ya está! Así de fácil hemos reparado nuestra bisagra de cocina. Como véis, no es necesario cambiar la puerta, únicamente con masilla reparadora y unos tirafondos hemos conseguido que vuelva a funcionar como al principio y sin apenas gastar dinero.

¿Os animáis a arreglar vuestras bisagras?   
 
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