1. Para unos rizos ligeros, coge papel higiénico y dóblalo por la mitad. Enrolla cada mechón del pelo en el papel. Gíralo hacia dentro y haz un nudo. Deja, al menos, 20 minutos, aunque si quieres que perduren, te recomendamos que dejes más tiempo.
2. Para unos rizos más marcados, coge un calcetín y enrolla un mechón en él. Puedes alternar para conseguir una imagen más desenfadada: uno con las puntas enrolladas hacia fuera y otro con las puntas hacia dentro. Espera una hora y retira uno por uno.
3. Para unos rizos pronunciados, coge un limpiapipas, una escobilla pequeña o una pajita, cualquiera puede servirte. Empieza desde la raíz y enrolla cada mechón alrededor del objeto. Cuanto menos pelo tomes, más fino y acentuado será el rizo.
¡Ondas perfectas!