En esta ocasión el antes y después de un mueble vajillero con aires shabby chic
Mi amor por la chalk paint empezó hace un tiempo cuando hice mi primer trabajo con esta maravillosa pintura.
Ya os lo dije en el primer post y me reitero, es muy fácil de trabajar y me encanta el resultado.
En esta ocasión quería enseñaros la renovación de un mueble para la vajilla que mi novio y yo compramos de segunda mano.
El mueble antes
Buscamos durante bastante tiempo hasta encontrar el mueble perfecto. Como alguna vez os he comentado, vivimos de alquiler y el piso es bastante pequeño. Así que se trataba de encontrar un mueble que nos gustara, que cumpliera la función de guardar toda la vajilla y que además no fuese excesivamente grande y terminara recargando el ambiente.
Después de mirar en varias tiendas de segunda mano y por internet nos decidimos por este y nos costó 90 euros.
A la hora de comprar muebles de segunda mano, hay que tener en cuenta su estado. Mirar sobre todo que la estructura esté bien, que el mueble siga firme y que no tenga carcoma, o al menos no demasiada.
Existen productos en el mercado para tratar la carcoma de forma muy sencilla y bastante segura. Si es poco y no ha afectado estructuralmente al mueble nos podemos arriesgar.
Renovación y nueva vida
En esta ocasión antes de pintar el mueble, decidimos lijarlo un poco.
Como he comentado, no porque la pintura lo requiera. Pero en el caso de este mueble, había sectores en donde el barniz estaba un poco levantado o agrietado y esto podía afectar al acabado final.
Además, como veréis en las fotos, para el acabado final decidimos lijar algunas partes del mueble dejando al descubierto la madera, y esto iba a quedar mucho mejor, con la madera virgen que con el barniz.
El color que elegimos fue French linen.
Dimos dos capas de pintura, dejando las horas de secado que recomienda el fabricante entre una y otra, y al día siguiente, lijamos algunos detalles del mueble para dejar la madera al descubierto, logrando ese efecto envejecido, que nos gusta mucho.
Veréis que pintamos toda la superficie del mueble, incluyendo herrajes y tiradores, la chalck paint lo permite porque como hemos dicho se puede utilizar sobre cualquier superficie.
Para terminar con el trabajo de pintura solo hizo falta una capa de cera que sirve para proteger la pintura, y además le aporta un acabado satinado muy bonito.
La trasera del mueble, como muchos de la época, venía revestida en tela. Era muy bonita pero estaba un poco manchada, así que compramos un papel pintado precioso y muy bien de precio (15,90? el rollo) para terminar esta renovación sin salirnos del presupuesto.
Ahora el mueble preside el salón compartiendo protagonismo con Beto (ya lo habréis visto en su trono, en alguna foto). Y he de confesar que los primeros días mi novio y yo no hacíamos más que mirarlo y sonreír con cierto orgullo, esa sensación que tenemos cuando terminamos algo que hemos hecho con nuestras propias manos y nos parece que es la obra maestra del siglo.
Otro ejemplo de nuestra filosofía de decoración low cost.
No hace falta gastar mucho dinero para hacer de nuestra casa ese lugar especial donde queremos vivir.
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Feliz Miércoles!
Fuente: este post proviene de Mar, donde puedes consultar el contenido original.
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