Recuerdo en mi infancia a mi tío conservando el queso curado en botes de aceite. No tengo memoria de cuando empecé a morir por el queso (de cualquier tipo) pero éste en particular me volvía loca. Su sabor rozaba lo picante. Era realmente delicioso. En casa a veces lo hago con excedente de queso curados para hidratarlos y que no se pierdan en algún rincón del frigorífico.
La receta de hoy, sin embargo, es para queso tierno, mezcla de vaca y oveja, aunque puede servir también para semis. La hago con este queso porque es el que comemos casi a diario y a los niños les encanta. No es una receta en sí, sino una manera de compartirte mis costumbres cotidianas. De cómo conservar y degustar queso con aromas y gustos distintos. El proceso no te llevará más de 5 minutos.
No recomiendo hacerlo con quesos frescos puesto que se separaría el suero y formaría una capa viscosa al reaccionar con el aceite.
Es importante que el aceite que se utiliza sea de mucha calidad, yo solamente lo hago con aceite de oliva virgen extra, en la calidad está el resultado final del producto. Una vez que se vaya acabando el queso, puede reutilizarse o bien para aliñar ensaladas o para volver a repetir el proceso con más queso.
Ingredientes
150 g. de queso tierno cortado en cuadros iguales
1 cuchara de chile o un par de guindillas picantes
1 cuchara de romero
1/2 cuchara de tomillo
Una pizca de sal
Aceite virgen extra
Corta el queso conservando la misma forma y tamaño, a cuadros. Mete en un recipiente de boca ancha que se pueda cerrar herméticamente. Pon el queso, las especies en el fondo. Añade el aceite hasta cubrirlo por completo. Cierra el bote y agita moviéndolo del revés para que se mezclen las hierbas.
Consérvalo a temperatura ambiente una semana antes de degustarlo. No lo metas al frigorífico. El aceite tiende a condensarse y se endurece dando el aspecto y el color de la mantequilla. Igual ya has observado este cambio del aceite en invierno con el frío de los supermercados. Al tratarse de un queso tierno, recomiendo no exceder el tiempo del consumo del mismo.
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Fuente: este post proviene de Blog de lacucharademisr, donde puedes consultar el contenido original.
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